lunes, 19 de noviembre de 2007

Cooperación al Desarrollo en los Andes Peruanos


Cuando vives en una aldea en medio de los Andes es difícil comunicarse con el mundo exterior. Si tenéis en cuenta que en Ayabaca (Piura-Perú) hay cortes de luz casi a diario y que el internet es satelital (o sea, muuuuuuuuuy lento) y hay que bajar a la ciudad para utilizarlo... entenderéis por qué estoy desaparecida. La fotografía fue tomada en Octubre, que es cuando se celebra la peregrinación para adorar al "Señor Cautivo". Puedo aseguraros que la fe mueve montañas...

Lo mejor de esta experiencia es el contacto con los beneficiarios de los proyectos. La gente humilde es la que hace confortable este planeta. A veces se me rompe el alma cuando los veo ofrecerme lo que tienen porque tengo la sensación de no poder darles a cambio nada más que mi sonrisa.

Ayabaca es tranquila, todo sucede despacio... y tienes la sensación de encontrar la paz interior que a veces nos falta (nada que ver con la bulliciosa y estresante Lima). Pero Ayabaca también es pobreza, en los sectores (aldeas) que la rodean se nota la falta de cosas tan básicas como agua corriente en las casas, un cuarto de baño, una cocina de verdad con su nevera y todo... Y de eso se encarga (entre otras cosas) el proyecto que me ha tocado analizar.

Es difícil trabajar en algunos sectores. Están bastante aislados y para llegar a ellos necesitas caminar durante horas a través de trochas carrozables empinadas y polvorientas. Pero os puedo asegurar que es toda una experiencia y que es preferible a pasar las horas en la oficina.

Nada más por hoy. Otro día que me sea posible os seguiré contando. Un abrazo.