Cuando vives en una aldea en medio de los Andes es difícil comunicarse con el mundo exterior. Si tenéis en cuenta que en Ayabaca (Piura-Perú) hay cortes de luz casi a diario y que el internet es satelital (o sea, muuuuuuuuuy lento) y hay que bajar a la ciudad para utilizarlo... entenderéis por qué estoy desaparecida. La fotografía fue tomada en Octubre, que es cuando se celebra la peregrinación para adorar al "Señor Cautivo". Puedo aseguraros que la fe mueve montañas...
Lo mejor de esta experiencia es el contacto con los beneficiarios de los proyectos. La gente humilde es la que hace confortable este planeta. A veces se me rompe el alma cuando los veo ofrecerme lo que tienen porque tengo la sensación de no poder darles a cambio nada más que mi sonrisa.
Ayabaca es tranquila, todo sucede despacio... y tienes la sensación de encontrar la paz interior que a veces nos falta (nada que ver con la bulliciosa y estresante Lima). Pero Ayabaca también es pobreza, en los sectores (aldeas) que la rodean se nota la falta de cosas tan básicas como agua corriente en las casas, un cuarto de baño, una cocina de verdad con su nevera y todo... Y de eso se encarga (entre otras cosas) el proyecto que me ha tocado analizar.
Es difícil trabajar en algunos sectores. Están bastante aislados y para llegar a ellos necesitas caminar durante horas a través de trochas carrozables empinadas y polvorientas. Pero os puedo asegurar que es toda una experiencia y que es preferible a pasar las horas en la oficina.
Nada más por hoy. Otro día que me sea posible os seguiré contando. Un abrazo.
4 comentarios:
Agradable saber polas túas palabras (e polo que me transmite El Duende) que sigues viva e que hai cousas que foron a mellor por onde estás.
E que ganas de terte xa de volta!!
Pues es de celebrar que haya encontrado usted algunas cosas buenas al otro lado del Atlántico, Lady Eowin.
Ardo en deseos de tenerla aquí para poder escucharlas, las buenas y las malas.
Cuídese usted, que ya queda poco.
Gracias, queridos míos :)
Por supuesto que hay cosas buenas, lo que pasa es que cuando se posee una mente crítica las malas se ven primero...
Me quedo con el calor de la gente del campo, con los pocos pero buenos amigos (siempre deben escogerse y no confiar en cualquiera)y con la tiranía de algunas personas que además se preocupan más de la vida ajena que de hacer su trabajo. Pronto estaré de vuelta y contaré más cosas acompañadas de fotografías. ¡Hasta Pronto!
Buenas, animo y espero verte pronto, da gusto ver señales tuyas :-)
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