jueves, 7 de junio de 2007

Mutilada por ser Mujer

Me he decidido a escribir este artículo porque estoy cansada de que la gente hable de un tema tan serio como la ablación de clítorix definiéndola como "una tradición cultural". No señor@s, no es una tradición, es una aberración, es una mutilación, es una tortura con todo tipo de consecuencias nefastas para la salud corporal y mental de las mujeres que la sufren. Y para aquellos que quieren pruebas legales, podemos recurrir a la Declaración Universal de los Derechos humanos, en cuyo artículo 5 se dice que "Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes". ¿Puede haber una tortura mayor que la amputación de tu sexualidad? ¿Es humano? ¡Y qué decir de hasta qué punto puede degradar...! A los hechos me remito:

Para empezar, la costumbre es de procedencia incierta y ni la doctrina musulmana ni la cristiana dicen nada sobre este tipo de mutilación. Lo de "tradición cultural" es una estúpida excusa para seguir realizando esta práctica.

La ablación sexual es la mutilación de parte (o en el caso de lugares como Somalia, la totalidad) de los genitales externos femeninos para evitar sentir placer sexual, con la finalidad de que pueda llegar virgen al matrimonio, puesto que si no es de ese modo, la mujer puede ser rechazada, también se realiza para evitar la supuesta promiscuidad de la mujer. Existe porque los futuros maridos desean mujeres sumisas, vírgenes y fieles; es entonces cuando los padres de estas chicas pueden llegar a recibir un precio (dote) más alto por la chica como recompensa.

Pero las posibles posteriores consecuencias de la MGF (Mutilación Genital Femenina) pueden ser hemorragias, dolores, infecciones, relaciones sexuales dolorosas, menstruaciones dolorosas, problemas urinarios, traumas, adulterios (no por ellas, que ni ganas les deben de quedar, si no porque los maridos prefieren mujeres "sensibles"), y otras muchas complicaciones. Añadir a todo esto que la pérdida casi total de sensibilidad es la principal consecuencia para las afectadas, con el añadido trauma psicológico. Por todo esto, en la mitad norte de África, ser mujer, es un riesgo de ser enferma, esclava, infeliz y maltratada.

Según las estadísticas, la práctica de la ablación afecta en la actualidad alrededor de unas 135 millones de mujeres y niñas en el mundo y se cree que cada vez se practica a niñas con una edad mucho menor, quienes sufren la mutilación para evitar que puedan juzgar la práctica por sí mismas al ser mayores. Hay mujeres que mueren desangradas o por infección en las semanas posteriores a la intervención, ya que se realiza casi siempre de manera rudimentaria, a cargo de curanderas o mujeres mayores, y con herramientas no muy ortodoxas como cristales, cuchillos oxidados o cuchillas viejas de afeitar y nunca en centros sanitarios.

Cuando a una mujer se le busca marido puede huir del pretendiente no deseado, pero no del matrimonio en sí. Estas mujeres son expulsadas del circulo familiar en cuanto se niegan al matrimonio, las destierran. Y en África la mujer viuda, divorciada o que huye de sus deberes es considerada como anormal y es objeto de rechazo ya que una mujer libre es acusada de prostitución.

Para aquellos que vean esta práctica como algo lejano que no les afecta, decir que la MGF ya se ha "exportado" a Europa por medio de la emigración. Aunque no se hace demasiado al respecto, comienza a haber algunas iniciativas como la que tuvo lugar el 20/2/2002 en Elche donde representantes etíopes y antropólogos debaten sobre la práctica de ablación de clítoris en la Universidad Miguel Hernández. No obstante, hay que fijarse en la "suavidad" de sus medidas:

"Los expertos en Antropología de la UMH de Elche abogan por implantar en estos países una política de reducción de daños porque, a su juicio, es una costumbre muy arraigada, que no se podrá erradicar a corto o medio plazo. Así, los especialistas estiman que el objetivo prioritario es lograr que las operaciones se realicen en condiciones adecuadas de salubridad y se reparta material quirúrgico y jeringuillas para evitar el contagio del SIDA. Paralelamente, inciden en la necesidad de trabajar con los ciudadanos para cambiar el patrón social de relación de géneros"... Así que el principal objetivo es evitar el contagio del SIDA y no la ablación en sí misma... Quien quiera leer el artículo entero puede hacerlo en el siguiente enlace http://www.universia.es/portada/actualidad/noticia_actualidad.jsp?noticia=14688



Recomiendo cualquiera de estos dos libros (he leído ambos) de Waris Dirie: "Flor del Desierto" o su continuación "Amanecer en el Desierto" para meterse en la piel de una mujer que ha pasado por ello. Me parece una mujer muy valiente. Nada más que añadir, por ahora...



5 comentarios:

Anónimo dijo...

He entrado en tu blog por casualidad, lo vi al conectarme en "blogs actualizados". Es toda una tortura que no debemos permitir, el otro día vi un documental en África sobre este tema, fue brutal y sanguinario. Efectivamente como bien dices, desde el inicio donde se observa una higiene nula hasta el final del proceso existen multitud de peligros que pueden desembocar en una dolorosa muerte.

Besos,
Luis Tolkien

Éowyn dijo...

Hola Luis, bienvenido a este humilde blog.
Efectivamente, es toda una tortura que no debemos permitir, y por ello, aunque nos dé la sensación de que no podemos hacer nada al respecto... siempre nos quedan la denuncia y el "derecho a pataleo" ¿verdad? :)
Un saludo afectuoso: Éowyn

Anónimo dijo...

De humilde nada y menos estando Éowyn al mando jeje! Un placer haberte visto por mi blog. Te sigo leyendo por aquí, muchos besos!

Luis Tolkien

arda dijo...

Hola!

Además, esa no es la única barbaridad, hay taaaantas contra las mujeres (y otras personas) que todavía tenemos mucho trabajo por hacer!

Éowyn dijo...

Pues sí, Arda, hay mucho trabajo por hacer... Lo que pasa es que hay que empezar por pasos pequeños. Como dicen los franceses: "Petit à petit l'oiseau fait son nid" (Poco a poco el pájaro hace su nido).