miércoles, 30 de mayo de 2007

Sobre la sencillez y la belleza



En ocasiones no apetece hacer crítica política, social, ni de ningún otro tipo. Mucho menos hacer una reflexión sobre lo mal que funciona el mundo... Y entonces, es un buen momento para ignorar cualquier cosa que provoque pensamientos o sentimientos negativos.

Cuando se es observador en búsqueda de algo que reconforte, es asombrosa la manera en que algo sencillo pero bello puede tocar tu interior. Sí, a veces nos damos cuenta de que dentro de nosotros hay algo que siente y palpita. Lo habíamos olvidado. Pero de repente, rodeada de vegetación verde, salvaje y confusa, surge ella: una flor blanca sin nombre. Sólo la observamos un momento, pero durante ese instante no hay nada más, y ese momento se graba en nuestro cerebro constituyendo una imagen que volverá a nosotros cuando necesitemos evocar algo sencillo y bello a la vez... algo que nos consuele... algo que nos recuerde que todavía existen cosas buenas... Ya sabéis, una vez Rousseau dijo: "Si quitáis de los corazones el amor a lo bello, quitaréis todo el encanto de vivir".

2 comentarios:

Arale Norimaki dijo...

Qué profunda y reflexiva la veo, Srta. Eowyn! Sin ánimo de ser malévola el título de su post me recordó al maravilloso "sobre lo bello y lo sublime" de Kant y temí leer algo similar. Menos mal que me equivoqué ^^U
PD: Ya era hora de que mostrara vd. su blogo-careto!

Éowyn dijo...

Gracias por el comentario, querida arale. Estoy frente a un reto, porque para mí esto de los blogs es un mundo nuevo. A ver qué tal se me da... ;)